06 noviembre 2006

Amor verdadero

Pablo Picasso, Los enamorados, 1923

Querida hermana:

aparte de agradecerte tus últimos envíos, tengo pendiente comentarte algunos de ellos, pero hay cosas que no pueden hacerse sin encontrar la tranquilidad de espíritu suficiente ni las fuerzas necesarias.

No obstante, mientras ese momento llega, no me resito a compartir contigo este pasaje, entresacado de Mi último suspiro, autobiografía de un genio nacido hace más de un siglo en un pueblecito de la provincia de Teruel al que ha dado fama universal: Calanda.

«En la época de nuestra juventud, el amor nos parecía un sentimiento poderoso, capaz de transformar una vida. El deseo sexual, que le era inseparable, se acompañaba de un espíritu de aproximación, de conquista y de participación que debía elevarnos por encima de lo meramente material y hacernos capaces de grandes cosas.

Una de las encuestas de los surrealistas más célebres comenzaba con esta pregunta: “¿Qué esperanza pone usted en el amor?” Yo respondí: “Si amo, toda la esperanza. Si no amo, ninguna”. Amar nos parecía indispensable para la vida, para toda acción, para todo pensamiento, para toda búsqueda.

Hoy, si he de dar crédito a lo que me dicen, ocurre con el amor como con la fe en Dios. Tiene tendencia a desaparecer, al menos en ciertos medios. Se le suele considerar como un fenómeno histórico, como una ilusión cultural. Se le estudia, se le analiza... y, si es posible, se le cura.

Yo protesto. No hemos sido víctimas de una ilusión. Aunque a algunos les resulte difícil creer, hemos amado verdaderamente».

Buñuel, Luis y Carrière, Jean-Claude: Mon dernier soupir, Éditions Robert Laffont, París, 1982. Edición española titulada Mi último suspiro, Random House Mondadori, colección Debolsillo, 1982. Traducido por Ana María Fuente.